martes, mayo 29, 2012

AMISTAD


CLASIFICACIÓN:
VALORES - AMISTAD
AUTOR:
Desconocido
EDAD:
A partir de cuatro años
WEBGRAFÍA
http://leemeuncuento.com.ar
QUE TRABAJAMOS:
La amistad y la discriminación





Laura y Patricia llegaron corriendo de la escuela, era lunes y hacía sólo una semana que habían comenzado las clases.
Después de sacarse la túnica y lavarse las manos, competencia diaria para ver quien terminaba primero, se sentaron a la mesa a almorzar. Era la hora en que la familia se reunía a contar los sucesos del día.
¡¡Tenemos una compañera nueva!! - dijo Laura a sus padres.- Se llama Vanesa y ya nos hicimos amigas.
-¡Que bien! - dijo mamá- Imagino lo que habrán jugado y corrido en el recreo.
-Bueno, no es tan así, la que corrí fui yo, pues Vanesa iba en su silla-
-¿Su silla? - preguntó mamá.
-Sí, Vanesa no puede caminar, por eso está en una silla de ruedas-
-¡Oh,pobrecita! -exclamó mamá.
-¿Pobrecita por qué?- respondió Laura - Bueno, me da pena que no pueda caminar-
-Sí, ya sé, pero no me parece bien tenerle lástima,es súper, tiene unos ojos azules enormes y siempre está sonriendo. ¿Sabes una cosa mami?, resulta que en la clase hicimos un juego llamado la "Justa del saber". Nos dividimos en equipos, la maestra nos dio hojas que contenían preguntas de conocimiento e ingenio y el equipo ganador se llevaba de premio un libro de cuentos.
Pues bien, gracias a Vanesa que se sabía todas las preguntas, ¡¡ganamos!!
La maestra nos propuso hacer este juego una vez por semana, así que, mamá, te imaginarás que Vanesa es la más solicitada para integrar el equipo-

Patricia, que por ser más pequeña esta en otra clase, intervino apoyando a su hermana.
-¡Claro, mamá!, cuando yo la vi en el recreo, al principio me pareció raro ver una niña en silla de ruedas pero al rato de estar con Vanesa ya ni me acordé más.
Se ofreció para vender los bizcochos, por ser su primer día la maestra se lo permitió,
al rato ya los había vendido todos. Por hacerlo siempre te regalaban tres bizcochos, y ella los compartió con nosotras.-
Los padres de Carolina y Sofía reflexionaban después sobre la espontaneidad y falta de prejuicios que la niñas tenían. Una vez superada la primera impresión nada les impedía relacionarse naturalmente con alguien "diferente".
Tal vez nuestros prejuicios sobre el que es "diferente" (muchas veces por ignorancia) nos lleve a asumir conductas erróneas.
Mientras tanto, Vanesa también había llegado a su casa y sentada a la mesa del comedor contaba a su madre el primer día de escuela.
Se sentía feliz, pues se había hecho de dos amigas y en el juego que habían hecho en clase, su equipo había sido el ganador.
-Se llaman Laura y Patricia, nos hicimos muy buenas amigas, no como con otras niñas tontas que quieren estar conmigo porque dicen que tengo "algún problemita".
Su madre la miró con ternura y sonrió. FIN


JUAN Y SUS NUEVOS AMIGOS


CLASIFICACIÓN:
VALORES - AMISTAD
AUTOR:
Regina Meyer
EDAD:
A partir de dos años
WEBGRAFÍA
http:circulodelectores.com
QUE TRABAJAMOS:
La amistad y la generosidad





En un pueblecito vivía un niño llamado Juan que tenía tantos juguetes que ya no sabía con cuál jugar.
Un día llegaron unos vecinos nuevos, una simpática familia con tres niños que se llamaban Julia, Pedro y Luis. Los tres hermanos preguntaron enseguida a Juan si quería jugar con ellos y lo invitaron a ir a su habitación. Cuando llegó allí, Juan puso unos ojos como platos: ¡sus nuevos amigos tenían poquísimos juguetes! - ¿no tenéis más juguetes?, pregunto muy sorprendido.
No le contesto Luís, nuestro padre no tiene trabajo y tenemos que ahorrar. Pero no nos importa, nosotros inventamos siempre juegos nuevos.
Entonces enseñaron a Juan algunos de sus juegos y, después de estar juntos toda la tarde, Juan se dio cuenta de que se lo había pasado en grande. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto.
Por la noche cuando regreso a su casa y entró de nuevo en su habitación, pensó: - en realidad podría regalar a Luís, a Pedro y a Julia algunos de mis juguetes. Ellos tienen muy pocos y yo tengo demasiados. Pidió permiso a sus padres, que creyeron que era una idea fantástica y le ayudaron a decidir qué juguetes regalaría a sus vecinos. Sus nuevos amigos se alegraron muchísimo cuando se los llevó.  Y entonces a partir de ese día, unas veces jugaban con los juguetes y otras, inventaban originales y divertidos juegos. Y la verdad es que siempre se lo pasaban realmente bien. FIN

UN TRATO CON SANTA CLAUS


CLASIFICACIÓN:
VALORES - AMISTAD
AUTOR:
Pedro Pablo Sacristan
EDAD:
A partir de dos años
WEBGRAFÍA
http:Cuentosparadormir.com
QUE TRABAJAMOS:
Vencer el materialismo





Julio estaba tan enfadado por los pocos regalos que había recibido la Navidad anterior, que la carta que escribió a Papá Noel aquel año resultó tan dura que el mismo Santa Claus fue a visitarlo unos días antes.
- ¿Por qué tanto enfado y tantos regalos? - preguntó Papá Noel- ¡Pero si tienes un montón de amigos!
- ¡Me da igual! Quiero más juguetes y menos amigos.
Y tan molesto estaba que el bueno de Santa Claus tuvo que proponerle un trato:
- Está bien. Como muchos otros niños me han pedido tener más amigos, te daré un regalo más por cada amigo al que renuncies para que se lo pueda ofrecer a otros niños.
- ¡Hecho! - dijo el niño sin dudar.. -Además, puedes quedártelos todos.
Aquella Navidad Julio se encontró con una enorme montaña de regalos. Tantos, que dos días después aún seguía abriéndolos. El niño estaba feliz, gritaba a los vientos lo mucho que quería a Santa Claus, y hasta le escribió varias cartas de agradecimiento.
Luego comenzó a jugar con sus regalos. Eran tan alucinantes que no pudo esperar a salir a la calle para mostrárselos a los demás niños.
Pero, una vez en la calle, ninguno de los niños mostró interés por aquellos juguetes. Y tampoco por el propio Julio. Ni siquiera cuando este les ofreció probar los mejores y más modernos aparatos.
- Vaya- pensó el niño - supongo que me he quedado sin amigos. Bueno, qué más da, sigo teniendo mis juguetes.
Y Julio volvió a su casa. Durante algunas semanas disfrutó de un juguete nuevo cada día, y la emoción que sentía al estrenar un juguete todas las mañanas le hizo olvidar su falta de amigos. Pero no había pasado ni un mes cuando sus juguetes comenzaron a resultarle aburridos. Siempre hacían lo mismo, y la única forma de cambiar los juegos era inventándose nuevos mundos y aventuras, como hacía habitualmente con sus amigos. Sin embargo, hacerlo solo no tenía mucha gracia.
Entonces empezó a echar de menos a sus amigos. Se daba cuenta de que cuando estaba con sus amigos, siempre se les ocurrían nuevas ideas y formas de adaptar sus juegos ¡Por eso podían jugar con un mismo juguete durante semanas! Y tanto lo pensó, que finalmente llegó a estar convencido de que sus amigos eran mucho mejores que cualquier juguete ¡Pero si llevaba años jugando con sus amigos y nunca se había aburrido de ellos!
Y tras un año de mortal aburrimiento, al llegar la Navidad redactó para Papá Noel una humilde carta en la que pedía perdón por haber sido tan torpe de cambiar sus mejores regalos por unos aburridos juguetes, y suplicaba recuperar todos sus antiguos amigos.
Y desde entonces, no deseó por Navidad otra cosa que tener muchos amigos y poder compartir con ellos momentos de juegos y alegrías, aunque fuera junto a los viejos juguetes de siempre. FIN

LA DESAPARICIÓN DE LOS LUCKYS


CLASIFICACIÓN:
VALORES - AMISTAD
AUTOR:
Pedro Pablo Sacristan
EDAD:
A partir de dos años
WEBGRAFÍA
http:Cuentosparadormir.com
QUE TRABAJAMOS:
La amistad verdadera






Hace mucho tiempo, en el país de las Gominolas Mágicas, existían unos pequeños seres de colores llamados luckys. Eran redondos, peludos y suaves, y muy divertidos y cariñosos. Nacían de las flores más bellas, y eran una constante fuente de buena suerte para quienes estaban cerca. Por eso todas las personas se hacían acompañar por su propio grupo de luckys. Y competían por convertirlos en sus amigos ofreciéndoles juguetes, golosinas y toda clase de regalos.

Bueno, todas menos Violeta, una niña que nunca quiso conseguir sus luckys con regalos. Ella prefería tratarlos como verdaderos amigos, y se esforzaba en darles mucho cariño, hacerles favores, hablar con ellos y preocuparse por sus cosas... en resumen, necesitaba tanto tiempo para conseguir y cuidar a cada uno de sus peludos amiguitos, que era con diferencia la persona con menos luckys.
Cierto día corrió la noticia de que bajo las cataratas de miel vivían miles de luckys sin dueño, y la gente juntó regalos y golosinas para viajar hasta allí en busca de más buena suerte. Violeta era muy feliz con los luckys que tenía y no pensaba hacer el viaje, pero cuando vio que se quedaba sola, le pudo la curiosidad y también emprendió el camino con alegría.
Pero cuando llegó a las cataratas sólo encontró personas tristes y solitarias, sentadas junto a sus montones de regalos y golosinas. No había rastro de los luckys.
- Ten cuidado, la catarata se ha tragado todos nuestros luckys- le advirtió una mujer. - Se abre y los absorbe en un instante ¡Vete antes de que sea tarde!
Pero ya era tarde. Las cataratas se abrieron y cerraron con gran ruido. Sin embargo, al mirar a su alrededor, buscando a sus luckys, no faltaba ninguno de sus queridos amigos.
- No se los ha tragado - decían todos sin creérselo, formando un corro alrededor.
Antes de que pudieran hablar mucho más, las cataratas volvieron a abrirse. Esta vez se mantuvieron abiertas por más tiempo, y permitieron ver en su interior a todos los luckys felices y contentos rodeados de los mayores y mejores regalos que se pudieran imaginar. Cuando las aguas se cerraron, los luckys de Violeta seguían junto a ella.
Finalmente, las aguas se abrieron una tercera vez, manteniéndose abiertas, y un hombre de aspecto raro y divertido habló a los luckys con dulce voz.
- Venid conmigo, pequeños luckys. Aquí tendréis más y mejores cosas de lo que nunca podáis imaginar ¡Seremos grandes amigos!
La propuesta era tan tentadora que Violeta dijo:
- Podéis ir con él si queréis, chicos. Este sitio tiene una pinta estupenda. No me extraña que les haya gustado a los demás luckys.
Pero ni uno sólo de sus luckys se separó de ella. Se abrazaban tanto a su amiguita, que nadie dudó de que para aquellos pequeños lo verdaderamente estupendo era estar con la niña.
-¡Voy a recuperar a mis luckys! - dijo entonces un niño, dirigiéndose a la cascada.
Aquel niño fue el primero en decirlo, pero todos conocían las “locuras” de Violeta con los luckys, y supieron en seguida lo que tenían que hacer para recuperarlos. Y uno a uno fueron entrando bajo la cascada para dar a sus luckys el cariño, la atención y la generosidad que los hiciera verdaderos amigos suyos, y no de los regalos que solían hacerles. FIN

LA AMISTAD ESTA SOBRE TODO


CLASIFICACIÓN:
VALORES - AMISTAD
AUTOR:
Desconocido
EDAD:
A partir de tres años.
WEBGRAFÍA
http:cuentoscortosparaniños.com
QUE TRABAJAMOS:
La amistad esta por encima de todo


En una tarde de sol, dos niños que eran amigos desde la infancia, se preparaban para salir a pasear. Vivían muy cerca y al frente de un parque grande y bonito. Aquella tarde era especial pues empezaba la primavera, era domingo y había muchos niños que jugaban con sus cometas, unos en bicicleta y otros con patines, todo era alegría ya que en primavera todo tiene más color y alegría. Carlos y Adrián, querían saber cuál de ellos tendría la cometa más grande, bonita y la que volaba más alto.
Cuando empezaron a correr, todo iba muy bien hasta que la cometa de Carlos se enredó en un árbol. Adrián no se dio cuenta y siguió corriendo muy contento al ver tan alto su cometa de colores. Cuando volvió a buscar a su amigo, lo vio sentado en el parque, llorando desconsoladamente. Al regresar donde estaba Carlos y enterarse de lo sucedido, lo abrazó fuerte y le propuso jugar un rato cada uno con su cometa, con tal de no verlo triste. Así terminó la competencia entre amigos y empezaron a compartir como cuando eran más pequeños. FIN

MAPUCHE Y OSITO JUEGAN A LAS CARRERAS


CLASIFICACIÓN:
VALORES - AMISTAD
AUTOR:
Leticia Garcés
EDAD:
A partir de dos años.
WEBGRAFÍA
http: www.encuentos.com
QUE TRABAJAMOS:
La amistad y saber ponerse en el lugar de la otra persona


Una tarde de verano, Osito y Mapache jugaban en el bosque a correr alrededor de los árboles. Contaban hasta tres y corrían velozmente hasta llegar al otro lado del río, rodeando el bosque. Hicieron varias carreras pero Mapache ganaba continuamente, como excelente trepador que es y acostumbrado a subir a lo alto de los árboles para llegar a su madriguera, corría tan rápido que para cuando llegaba Osito, a Mapache ya le había dado tiempo de descansar para la próxima carrera.
Osito estaba arto de perder y ya se había cansado de llegar siempre el último, así que se enfadó y se puso a lloriquear.
-¡No es justo, yo quiero ganar también, tu siempre llegas el primero!- gritó
Osito creyendo que su amigo Mapache comprendería como se sentía. Pero no fue así.
Mapache se rió y le contestó:
-¡Osito, yo no tengo la culpa de ser más rápido que tú! Osito se sintió triste porque su amigo no comprendía cómo se sentía y ya no quiso jugar más con él.
En ese momento, vino Perrito, otro amiguito que solía jugar con ellos en el bosque. Al ver que jugaban a carreras, quiso hacer una con ellos y volvieron a contar uno dos y tres para llegar al otro lado del bosque.
En esta ocasión, para sorpresa de Mapache, ganó Perrito, y como dejó de ser el ganador, empezó a saltar de rabia y lleno de cólera gritaba:
-¡Quiero ganar yo, quiero ganar yo…!- Su amigo Perrito, les miro a los dos y sorprendido les preguntó.
-Pero, ¿no estabais jugando a carreras? Si es un juego, ¿por qué os enfadáis?, lo importante es que disfrutemos juntos y que nos alegremos del que llega primero no que nos enfademos por no serlo nosotros. Los amigos son felices cuando están juntos sin importarles quién gana. Si queréis nos damos la mano y corremos todos juntos hasta el otro lado del rio, será divertido, seguro que nos reímos mucho y llegamos todos a la meta.
En esos momentos, Mapache comprendió como se había sentido su amigo Osito cuando el ganaba todas las carreras y entendiendo que era más importante su amistad que ser los primeros en un juego, decidieron cambiar de actividad con el fin de pasar un buen rato juntos. FIN

jueves, mayo 24, 2012

EL PATITO FEO


CLASIFICACIÓN:
VALORES - IGUALDAD
AUTOR:
Hans Christian Andersen
EDAD:
A partir de dos años
WEBGRAFÍA
http://www.pequeocio.com
QUE TRABAJAMOS:
La igualdad, el respeto.






Como cada verano, a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más guapos de todos.
Llegó el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se juntaron ante el nido para verles por primera vez. Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alegría de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo, el más grande de los siete, aún no se había abierto.Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto , y también los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de movimiento.
Al poco, el huevo comenzó a romperse y de él salió un sonriente patito, más grande que sus hermanos, pero ¡OH, sorpresa!, muchísimo más feo y desgarbado que los otros seis…
La Señora Pata se moría de vergüenza por haber tenido un patito tan feo y le apartó de ella con el ala mientras prestaba atención a los otros seis. El patito se quedo tristísimo porque se empezó a dar cuenta de que allí no le querían… Pasaron los dias y su aspecto no mejoraba, al contrario, empeoraba, pues crecía muy rápido y era flaco y desgarbado, además de bastante torpe el pobre...
Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él llamándole feo y torpe. El patito decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar amigos que de verdad le quisieran a pesar de su desastroso aspecto, y una mañana muy temprano, antes de que se levantase el granjero, huyó por un agujero del cercado.
Así llegó a otra granja, donde una anciana le recogió y el patito feo creyó que había encontrado un sitio donde por fin le querrían y cuidarían, pero se equivocó también, porque la vieja era mala y solo quería que el pobre patito le sirviera de primer plato. Y también se fue de aquí corriendo.
Llegó el invierno y el patito feo casi se muere de hambre pues tuvo que buscar comida entre el hielo y la nieve y tuvo que huir de cazadores que querían dispararle.
Al fin llegó la primavera y el patito pasó por un estanque donde encontró las aves más bellas que jamás había visto hasta entonces. Eran elegantes, gráciles y se movían con tanta distinción que se sintió totalmente acomplejado porque él era muy torpe. De todas formas, como no tenía nada que perder se acercó a ellas y les preguntó si podía bañarse también.
Los cisnes, pues eran cisnes las aves que el patito vió en el estanque, le respondieron:
- ¡Claro que sí, eres uno de los nuestros!
A lo que el patito respondió:
-¡No os burléis de mí!. Ya sé que soy feo y flaco, pero no deberíais reír por eso…
- Mira tu reflejo en el estanque -le dijeron ellos- y verás como no te mentimos.
El patito se introdujo incrédulo en el agua transparente y lo que vio le dejó maravillado.
¡Durante el largo invierno se había transformado en un precioso cisne! Aquel patito feo y desgarbado era ahora el cisne más blanco y elegante de todos cuantos había en el estanque.
Así fue como el patito feo se unió a los suyos y vivió feliz para siempre… FIN

EL LEÓN Y EL RATON


CLASIFICACIÓN:
VALORES - IGUALDAD
AUTOR:
Fabulas de Esopo
EDAD:
A partir de cuatro años.
WEBGRAFÍA
http: www.guiascostarica.com
QUE TRABAJAMOS:
Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos


El sol de la tarde caldeaba las flores, hasta que empezaron a balancearse soñolientas y e! follaje de los árboles proyectó un cambiante dibujo de sombras sobre el suelo del césped del bosque. Reinaba el silencio, y todos los animales estaban tendidos, durmiendo cómodamente la siesta: todos, salvo el
ratoncito gris, que retozaba en la danzarina luz y en la sombra. Tan feliz se sentía en aquella dorada tarde estival.
Pero... ¡ay! Persiguió de manera tan alocada su propia cola, que chocó con el gran león, tendido perezosamente al pie de un árbol. El tonto ratón creyó que sólo había chocado con el tronco del árbol, y hasta que se topó con la nariz del león y sintió el aliento del gran animal, no comprendió lo que había hecho. FIN

LOS CUENTOS PARA NIÑOS Y PARA NIÑAS


CLASIFICACIÓN:
VALORES - IGUALDAD
AUTOR:
Desconocido
EDAD:
A partir de cuatro años
WEBGRAFÍA
www.cuentosinfantilescortos.net
QUE TRABAJAMOS:
La igualdad de genero







En un colegio, hace muchos años, daba clase la profesora María, una profesora firme, y que sabía mucho sobre lectura y lengua castellana.
Los niños de su clase la llamaban “profe”, y continuamente andaban de un lado para otro llamándola: “profe, profe!!“.
En la clase había catorce niños y catorce niñas, y aunque solían armar más jaleo los chicos, normalmente se portaban bien todos.
Un día, “la profe” María mandó leer un cuento infantil a unos de los niños, Pedro.
Pedro comenzó leyendo el cuento para niños, que decía así: “Existió una vez una princesa, que tenía un caballo llamado Veloz….”
El niño, antes de seguir leyendo, exclamó: “este es un cuento para niñas!!“, y toda la clase se empezó a reír. La profesora María interrumpió las risas diciendo: “Pedro, es un cuento infantil y vale tanto para niños, como para niñas. Piensa esto, ¿a los príncipes les gustan las princesas? Sí, ¿verdad? Pues entonces este es un cuento también para niños, ya que aparecen princesas, y cuando seáis mayores os gustarán.”
Pedro se quedó atónito con la explicación de la “profe”, y aprendió que tenía razón y no debía discriminar los cuentos infantiles por muy de niñas que pareciera, y siguió leyendo el cuento tan contento.
Después le tocó leer un cuento a una niña, Lucía. Esta vez tocaba leer un cuento infantil sobre un hombre que encontraba trabajo de camionero, y Lucía también se quejó, pero la profesora María le dijo lo siguiente: “¿Acaso a tí no te gusta comer chuches los fines de semana? Pues, esas chuches que te gustan tanto, son transportadas hasta la tienda en camiones por señores o señoras, como el camionero del cuento.”
Lucía entendió que por muy de chicos que pareciera un cuento, en realidad los cuentos infantiles son para niños y para niñas, porque lo que tratan de transmitir es un mensaje, la moraleja, y da igual si el que lee el cuento es un niño o una niña, porque todos van a aprender lo mismo. FIN

lunes, mayo 21, 2012

ELLA SI PUEDE




CLASIFICACIÓN:
VALORES - IGUALDAD
AUTOR:
Andrés Rodriguez Muñoz
EDAD:
A partir de tres años
WEBGRAFÍA
http://centros1pntic.mec.es
QUE TRABAJAMOS:
La igualdad de genero, el esfuerzo







Eran las ocho de la mañana e Inés ya se había despertado con el sonido de su reloj alarma ¡que yo creo, que a nadie le gusta!
- ¡Inés, espabila que tienes que hacer tu cama!- dijo su madre
- ¡Ya voy, mamá!
-Inés, su madre y su padre desayunaron tranquilamente las tostadas con mermelada y paté.
Entre tanto Inés dijo:
- Hoy, en la escuela, nos van a hacer un test sobre lo que queremos ser de mayores.
- Ya, pero ahora vas a ir a preparar la mochila y cepillarte los dientes para ir al colegio.
- Sí, mamá.
Cuando llegó, se dio cuenta de que ya no había gente en el patio y que había llegado tarde a clase. Subió las escaleras a toda velocidad y, cuando llegó a su clase, estaban repartiendo el test. Intentó decir A buenos días pero no pudo, porque estaba sin aliento. Así que dejó su cartera, se sentó en su pupitre y se puso a rellenar el cuestionario, cuando el profesor le preguntó:
- ¿Inés, por qué has llegado tarde?
- ¡¡Sí!! - dijo Inés dando un brinco en el pupitre - se me ha hecho tarde por el camino - contestó.
Cuando llegó el recreo todas las "cotillas" empezaron a comentar entre sí lo que habían puesto en el test.
- ¿Y tú qué has puesto, Inés? - preguntó la que bien se podía decir que era la jefa del grupo.
- Esto...yo...¡quiero ser bombero! - dijo por fin.
A todas les hizo gracia y se echaron a reír.
- ¿Te pasa algo? ¿Te has dado un golpe en la cabeza? ¿Te has comido un lápiz? - preguntó la más cotilla. Y las demás rieron la gracia como si se tratara de un chiste bueno.
Inés ya estaba a punto de reventar y tirarse encima de Laura. Pero cuando ya se estaba levantando... Sonó la campana de fin de recreo.
En la clase de mates Inés no se enteró de nada pues tenía la mente ocupada por lo que decían sus compañeras de lo que quería ser de mayor.
Al llegar a casa Inés estaba de mal humor y, para colmo, le hicieron un interrogatorio de agárrate y no te menees. Todo era:
- Inés, ¿qué tal el test? Inés, ¿qué quieres ser de mayor?
Inés echa una fiera corrió hacia su habitación. Sus padres se extrañaron.
Aunque ya han pasado bastantes años, Inés sigue queriendo ser bombero.
- ¿Estás segura? - le preguntó su madre.
- Claro que sí, mamá - contestó Inés.
- Hoy es el día de las pruebas de bombero.
- Ya lo sé, papá.
Inés partió con su padre y su madre al parque de bomberos.
Nuestra futura bombera se temía que el jurado no la aceptara por ser mujer. Pero tuvo el valor y siguió adelante. Llegó con una idea fija: "¡Ser bombero!".
Las pruebas no eran nada fáciles:
- No tener miedo al fuego.
- No tener vértigo.
- Saber subir una escalera.
Además de Inés se presentaba a las pruebas Jorge. Ambos hicieron el examen al mismo tiempo. Si soy sincero, las hizo mejor Inés, pues Jorge se cayó dos veces y casi vomita cuando estaba subiendo las escaleras.
Así que el trabajo se lo dieron a Inés, y a Jorge decidieron darle el puesto de conductor del camión cisterna.
Inés fue muy buena bombera, porque ya lo dice el refrán: "SI UNO QUIERE, UNO PUEDE". FIN